Masyaf
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Masyaf es una ciudad montañosa situada en Siria que sirvió como base de operaciones de la Orden de los Asesinos durante la Tercera Cruzada. Aquí, los asesinos se sometieron a la educación y el entrenamiento físico para las pruebas que luego soportarían en los territorios fuera de su fortaleza. |
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Masyaf actuó como sede de la secta siria de la Orden de los Asesinos. En 1176, la fortaleza estuvo bajo el asedio de Saladino, quien esperaba evitar un tercer atentado contra su vida de los Asesinos. En la segunda noche del asedio, Umar Ibn-La’Ahad se infiltró en la tienda del adalid árabe, dejando una pluma como señal de alerta; sin embargo, se vio forzado a matar a un noble sarraceno en su huída. Haciendo caso de la advertencia, Saladino dejó Masyaf, con la única condición de que le trajeran la cabeza de quien había matado al aristócrata. Al principio los Asesinos se negaron, pero terminaron cediendo. Durante la Tercera Cruzada, la ciudad salió incólume, en su mayor parte, de las guerras que asolaban Tierra Santa, pues ni los cruzados ni los sarracenos estaban directamente relacionados con la Orden, aunque eran conscientes de su existencia. En 1191, Al Mualim usó el Fruto del Edén para esclavizar a la población de Masyaf llevando a toda la población a un estado de trance. Sin embargo, Altaïr Ibn-La’Ahad pudo frustrar el plan de su maestro y devolver a la población su cordura. Tras la muerte de Al Mualim durante la reconquista de Masyaf, Altaïr obtuvo el título de Gran Maestre de la Orden de los Asesinos. En 1257, Niccolò y Maffeo Polo (padre y tío de Marco Polo) visitaron la fortaleza para entrevistar y conocer la vida de Altaïr. Finalmente, Altaïr decidió que la Orden debía abandonar la fortaleza con el fin de extenderse por todo el mundo. Sin embargo, durante sus reuniones, la fortaleza fue invadida por los mongoles, clamando venganza por su participación en el asesinato de Gengis Kan. A pesar de estar limitados en número, los Asesinos mantuvieron a raya a los mongoles el tiempo suficiente para que los hermanos Polo pudieran escapar. Se desconoce qué fue de Altaïr y el resto de los Asesinos tras el asedio de los mongoles. En el siglo XVI, más de 250 años después de que la fortaleza fuera abandonada, el mentor de la Orden de los Asesinos, Ezio Auditore, viajó al castillo de la montaña para tratar de descubrir algo más sobre la Orden. Pero el poblado fue derruido y los Templarios tomaron el castillo. Los Templarios planeaban conseguir un antiguo artefacto enterrado bajo la ciudad al que solamente se podía acceder usando un conjunto de cinco sellos. Masyaf se construyó sobre una montaña situada en el valle de Orontes, con un poblado en su base y la fortaleza de los Asesinos en la cima. El pueblo se compone de varias docenas de pequeñas cabañas construidas en varias terrazas. El mercado de la aldea se encontraba en la parte baja junto a los recursos de los ciudadanos, como lugares que ejercían de graneros, un tejedor de canastas, etc. Parecía ofrecer también un refugio para los civiles leales a la causa de los Asesinos. Junto a los pobladores habituales, varios eruditos Asesinos vagaban por el pueblo, así como las patrullas de la guardia de los Asesinos. En la cima de la montaña se hallaba la fortaleza de los Asesinos. Dentro de la fortaleza se encontraba el círculo o campo de entrenamiento en el que los Asesinos practicaban el combate. Aparte del círculo de entrenamiento, la fortaleza albergaba la biblioteca personal de Al Mualim, así como un magnífico jardín. En el interior de la biblioteca de la fortaleza se puede apreciar el hábito académico de la Orden, donde los instructores maniobran constantemente en las estanterías en busca de libros para continuar su educación en la política mundana, así como en el credo de los Asesinos. Asimismo, Al Mualim se adentró en esos libros a diario, en constante búsqueda de conocimientos para orientar y educar adecuadamente a los temibles guerreros políticos que le sirvieron fielmente. La fortaleza también servía como casa de alojamiento para todos los Asesinos que allí residían, y la cámara privada del Maestro se encontraba en la parte superior del templo fortificado. Adicionalmente, había varias torres de vigilancia rodeadas por los muros, cada una con arqueros montando guardia en torno a ellas.
La Fortaleza de los Asesinos en Masyaf es muy similar al castillo de Alamut en Irán. Masyaf es la primera localización que se encuentra tras el Templo de Salomón en el juego Assassin’s Creed y es la ciudad más pequeña fuera del Reino. No hay acosadores en Masyaf (es decir, mendigos, portadoras de vasijas, guardias bloqueando el acceso). Fuera de Masyaf hay una pequeña parte del Reino controlada por los Asesinos donde puede utilizarse la vista de águila para identificar a algún guardia Asesino marcado como enemigo. Durante el asedio de Masyaf y durante la primera escena antes del primer Salto de Fe, puede verse a los Asesinos custodiando el lago. Aunque se consideran aliados (y así es indicado por la vista de águila), los guardias de Masyaf combatirán si se les provoca. A pesar de que la Tercer Principio dice que no se debe, de forma indirecta o de cualquier forma, perjudicar a los compañeros Asesinos, se puede acabar con los guardias de Masyaf sin pena de desincronización y nadie hace mención de ello. Los jardines de la parte de detrás de la fortaleza (accesible tras el asesinato de Tamir) son una referencia al Paraíso secreto escondido tras la sede de los verdaderos Asesinos. El jardín del Paraíso fue, supuestamente, una ilusión creada por Hassan-i Sabbah (el Viejo de la Montaña, fundador de los verdaderos Asesinos), a fin de que sus seguidores creyeran en su misión divina y que ejecutaran cualquier orden dada (por lo general intentos de asesinato) sin miedo a la muerte. Los guardias de Masyaf suenan exactamente igual que los guardias sarracenos de Jerusalén o Damasco, incluso utilizando las mismas frases para el combate como “¡Muere, infiel!” o “¡Te cortaré la cabeza!”. Y lo mismo vale para los dos novicios que luchan en el campo de entrenamiento. A pesar de la aparente inutilidad de armas dentro de la fortaleza (a excepción del campo de entrenamiento), se puede empujar a los guardias desde las torres y verles morir a causa de su caída sin sufrir una pérdida de sincronización. Masyaf es la única sede de los Asesinos en la saga de Assassin’s Creed que tiene guardias. La sede principal de los Asesinos durante las Cruzadas y hasta el ataque de los mongoles fue la fortaleza de Alamut, en Irán, pero se hace referencia a otra sede en Siria. Masyaf en árabe (مصيف) se traduce como “lugar de veraneo” o “residencia de verano”. El tamaño del poblado adjunto a la fortaleza parece haber crecido en Assassin’s Creed: Revelations.
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